El lado emocional de nuestras finanzas
A todos nos ha pasado: un mal día, un disgusto, una ruptura… y de repente acabamos comprando cosas que no necesitamos. Puede ser un postre caro, ropa que ni nos probamos en la tienda o un capricho tecnológico. Pero… ¿Por qué pasa esto?
En este artículo te voy a explicar por qué gastamos más cuando estamos tristes, cómo funciona nuestro cerebro en esos momentos y, lo más importante, cómo evitar que la tristeza vacíe nuestra cartera.
1. La tristeza y el consumo: un cóctel peligroso
Cuando estamos tristes, nuestro cerebro busca recompensas rápidas para compensar el malestar. Comprar algo nos da un pequeño subidón de dopamina, el neurotransmisor asociado al placer.
Es como si le dijéramos a nuestra mente: “No podemos arreglar lo que pasó, pero al menos podemos tener algo nuevo”.
💬 “Muchas personas gastan dinero que no tienen, en cosas que no necesitan, para impresionar a personas a las que no les importan.”
— Will Rogers

2. Comprar para anestesiar emociones
La tristeza activa áreas del cerebro relacionadas con el dolor emocional. Al comprar, ese dolor se “anestesia” momentáneamente.
El problema: el efecto dura poco. Y cuando pasa, además de la tristeza, tenemos menos dinero.
💬 “El dinero no puede comprar la felicidad, pero puede comprar una sensación temporal de alivio… y una factura a fin de mes.”
—Bartolo
3. El marketing sabe que estamos vulnerables.
No es casualidad que existan campañas con mensajes como “Date un capricho” o “Te lo mereces”. La industria sabe que cuando estamos tristes somos más propensos a gastar.
💬 “El marketing es aprovechar las emociones humanas… y cobrarlas con intereses.”
— Anónimo del mundo publicitario

4. El bucle peligroso: tristeza → gasto → culpa
El ciclo es sencillo:
- Estamos tristes.
- Gastamos para sentirnos mejor.
- Nos sentimos culpables por gastar de más.
- Esa culpa alimenta la tristeza… y vuelta a empezar.
Romper este bucle requiere reemplazar la compra impulsiva por otra fuente de bienestar más sana.
💬 “El gasto emocional es como echar gasolina al fuego: parece que ayuda, pero solo lo empeora.”
—Bartolo style
5. La ciencia detrás del gasto emocional
Estudios en psicología han demostrado que la tristeza reduce nuestra capacidad de autocontrol. En un estado emocional bajo, priorizamos gratificaciones inmediatas sobre beneficios a largo plazo.
En otras palabras: compramos para sentirnos bien ahora, aunque eso signifique sentirnos peor después.
💬 “El autocontrol es la capacidad de elegir lo que quieres más, en lugar de lo que quieres ahora».
— Susan David

6. Cómo evitar gastar más cuando estamos tristes
Aquí van estrategias prácticas:
- Reconoce el momento: si sabes que estás bajo de ánimo, pospone compras importantes.
- Evita las “tiendas de tentación”: tanto físicas como online.
- Haz una lista antes de comprar y cíñete a ella.
- Busca recompensas no monetarias: ejercicio, hablar con amigos, cocinar algo rico.
- Establece un presupuesto para caprichos y no lo superes.
💬 “El gasto consciente es la diferencia entre disfrutar de tu dinero y ser esclavo de tus emociones.”
— Universo Bartolo
7. La tristeza no es el enemigo, la reacción sí.
Sentir tristeza es natural. El problema no es la emoción, sino la forma en que intentamos gestionarla. La compra impulsiva es un parche caro.
Aprender a reconocer nuestros detonantes emocionales es clave para mantener nuestras finanzas y nuestro bienestar bajo control.
💬 “No puedes evitar que las olas lleguen, pero puedes aprender a surfearlas sin ahogarte en deudas.”
—Bartolo
🟢 Bartoresumen
- La tristeza aumenta la probabilidad de gastar impulsivamente.
- Comprar da un subidón breve, pero no soluciona el problema.
- El marketing aprovecha nuestra vulnerabilidad.
- Existe un ciclo peligroso de tristeza, gasto y culpa.
- La ciencia muestra que perdemos autocontrol en estados emocionales bajos.
- Se puede romper el ciclo con estrategias conscientes.
Ahora que sabes por qué gastas más cuando estás triste, la próxima vez que te entren ganas de “comprarte la felicidad”, recuerda: tu cartera también tiene sentimientos.
💬 “Controlar tu dinero es controlar tu vida. Si no mandas sobre él, él mandará sobre ti.”
— Dave Ramsey
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